Llegada de la papa a Canarias

No se conoce con exactitud la fecha de llegada de la papa a Canarias. Probablemente fué introducida directamente desde el Perú o Colombia en los primeros años de la decada de 1.560, ya que en 1567 un navío holandés cargaba papas en Las Palmas de Gran Canaria con destino al puerto de Amberes (Lobo-Cabrera, 1988):
"...Y así mismo recibo tres barriles medianos que decis lleven patatas y naranjas e lemones berdes"
(Reproducción de la nota del 28-9-1567 del notario público Lorenzo Palenzuela)

Existe una información semejante, siete años más tarde, referente a un envío de mercancías desde Tenerife (vía Gran Canaria) a Rouen:
"...Así mismo vinieron de Teneriffe dos barriles de patatas y ocho (...) llenos de aguardiente"
(Reproducción de la nota del 24-4-1574 del notario público Luis de Balboa)

El primer texto impreso en Canarias donde se menciona el cultivo de la papa en las Islas es la obra "Lecciones elementales de agricultura teórica, práctica y económica" del Dr. D. Juan Bautista Bandini, publicado en la imprenta Bazzani, en La Laguna , en 1816 (aunque el texto fué redactado entre 1808 y 1813). Refiriéndose a las variedades de papa que se cultivaban, dice Bandini:
" Hai de ellas muchas variedades: tempranas y tardías; de flor blanca, rosada, cenicienta o azul; de un epidermis blanco, pardo, amarillo, roxo , o morado; de figura redonda, larga, ovalada, esquinada, con excrecencias"
En cuanto a la llegada de la papa a Canarias, Bandini comparte la opinión de su amigo Viera y Clavijo, quien en su "Diccionario de Historia Natural", escrito en 1799 y publicado en 1866 por la Sociedad de Amigos del País de Las Palmas, dice:
"...las primeras papas las trajo del Perú don Juan Bautista de Castro por el año 1622. Este señor las hizo sembrar en sus tierras de Icod el Alto desde donde tan felizmente se han difundido por todas las Canarias".

Aunque la presencia de la papa en Canarias a partir de 1560 parece confirmada, su cultivo se hizo, probablemente, de forma esporádica, sin mucha difusión (como ocurrió en Europa, donde comenzó siendo una curiosidad de jardín), por lo que parece lógico pensar que fuera la introducción de 1622, citada por Viera, hecha en un suelo y en un clima óptimos, la que tuvo un efecto impactante y contribuyó a difundir el cultivo en las Islas. El lugar de introducción de la papa, Icod el Alto, sigue siendo una de las zonas donde el cultivo goza de mayor arraigo, con presencia de variedades primitivas desaparecidas de otros lugares de la isla.

Con la llegada del cultivo a Icod el Alto también llegaron los conocimientos básicos de su cultivo. La papa se adaptó al clima y al suelo de las islas y los campesinos canarios la adoptaron como uno de sus cultivos importantes.


La papa en Canarias (siglos XVII y XVIII)

De lo que aconteció al cultivo a partir de 1622 poco se sabe, ya que no hayreferencias escritas sobre la vida cotidiana de las comunidades campesinas, que fueron las depositarias del nuevo cultivo.

Parece probable que, poco a poco, el cultivo fuera arraigando como soporte de la alimentación campesina. En Europa también fueron las comunidades pobres las que adoptaron el cultivo. Se trataba de un cultivo con una gran adaptabilidad a suelos y condiciones climáticas muy variados, como observaría fascinado el joven Charles Darwin, en 1835, durante su viaje de exploración por América del Sur ( "Es notable que la misma planta se encuentre en las montañas estériles del centro de Chile, donde no cae una gota de lluvia en más de seis meses, y en los bosques húmedos de las islas del sur") y con una productividad insuperable. Nada menos que la autoridad de Adam Smith señalaría en 1776, en su " An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations", que una tierra plantada de papas producía tres veces mas alimento que la misma superficie sembrada de trigo. Una característica de la que fueron conscientes los agricultores de las Islas, ya que, como indica don José de Bethencourt y Castro, en 1800, ..."los pobres prefieren una fanega de papas a la de cualquier otro grano" (Rodríguez, 1992).

En sus primeros años en Europa la papa tardó en ser aceptada como alimento. En parte, este rechazo se debió a que la planta pertenecía a la misma familia (Solanáceas) que la belladona, una planta venenosa. Además, a la papa se atribuyeron una serie de cualidades indeseables (insípida, difícil de digerir, alimento de cerdos). El botánico suizo Caspar Bauhin, quien fué el primero en describir la papa en su Phytopinax (1596), la llamó Solanum tuberosum esculentum , la asignó correctamente a la familia de las Solanáceas, pero anotó también que producía gases y lepra y que "incitaba a Venus" (es decir, promovía el deseo sexual). Por eso se la llamó "manzana de Eva" y "testículos de tierra". Además, era un fruto que estaba enterrado y la Biblia no citaba alimentos de este tipo, por lo que debía ser un fruto del diablo. Estas características indeseables contribuyeron a que se evitara el uso de la papa en muchas partes de Europa y que se tardara años en cultivarla en Alemania y Rusia, a pesar de que los líderes europeos reconocieron que su productividad y calidad nutritiva era superior a las de los cereales (particularmente en regiones frías y secas).

Aparentemente, esta mala fama de la papa no fué conocida en Canarias y, caso de conocerse, no tuvo efecto alguno sobre su consumo, ya que desde finales del siglo XVII, el cultivo fué ganando en importancia, como lo atestigua el momento a partir del cual el diezmo de papas se individualiza en los registros de la Iglesia. Así , mientras en Gran Canaria hay que esperar hasta 1809 para ver a las papas fuera del grupo que forman "huertas y pollos", en Tenerife el registro "papas" aparece individualizado desde 1681 (Macías, 1986).

Desde 1622, la fecha citada por Viera para la llegada de la papa, transcurrirá un siglo para volver a encontrar una mención escrita sobre el cultivo, y ésta la hace Don Pedro Agustín del Castillo, quien, en 1730, en su "Descripción histórica y geográfica de las Islas Canarias", con referencia a Gran Canaria, dice:

"... produciendo en su cultivo todas las frutas de España y otras de Yndias, como son: plátanos, papayas, hanones y guayabas, patatas y papas en abundancia, estas últimas de extraños climas traidas a estas islas."

Es decir, ya en el primer tercio del siglo XVIII las papas se producían "en abundancia".

En las Memorias de don Lope Antonio de la Guerra i Peña, que abarcan el período de 1760 a 1791, referidas a Tenerife, se lee para 1778:

"La papa es otra de las cosechas que abunda y que ha aumentado mucho de unos años a esta parte. Hay dos cosechas: la una invernera, que por lo común se recoge en los meses de Enero y Febrero y la veranera en los de Mayo y Junio. La invernera se ha quedado menuda porque los tiempos tempestuosos no la dexaron aumentarse y su común valor ha sido a 6 de plata. La veranera fue escasa, y como ésta es la mejor para semilla ha valido mucha a dos pesos. La gente pobre se alimenta mucho de este fruto." Cuaderno III.p.20
Y para 1779, se lee:

"Las papas, según lo que se ha aumentado su plantío se puede considerar su cosecha en segundo lugar (detrás del viñedo)". Cuaderno III.p.56.
"...y las papas de semilla se vendieron a dos pesos, y más, esta cosecha se coge en Icod el Alto por Agosto."
Para 1781:
"La cosecha de millo y legumbres fué buena con lo que se han remediado los pobres, cuyo principal alimento suele ser el gofio de millo y las papas". Cuaderno III.p.72.
Existen estadísticas de 1799, muy de fiar ya que se basaban en el control eclesiástico del pago de los diezmos, que indicaban una producción para el archipiélago de 540.532 quintales de Castilla. Es decir, unas 27.000 toneladas métricas. En Canarias, las papas eran el segundo cultivo, en cuanto a producción y valor, después de los cereales (trigo, cebada, centeno)(Régulo, 1973).

Fuentes:

• D. Eovaldo Hernández Pérez. Profesor Fitotecnia y Bioquímico. Libro las Papas Antiguas de Canarias (pag. 1-14). APAC, 2002.