Cosecha

Cosechar papas o “cavarlas”, como se denomina tradicionalmente a esta labor, es el momento culminante del cultivo. Los primeros signos que advierte el agricultor de la aproximación de la cosecha es el amarilleamiento y tumbado de la parte aérea y el estado de la piel de los tubérculos cuando aún están bajo tierra, cuando son frotados y comprueba que no se desprende (Gil, 1997).

El siguiente paso consiste en cortar la rama y retirarla del terreno. Entre esta operación y la extracción de los tubérculos del terreno mediará una o dos semanas, durante las cuales los tubérculos terminan de madurar en la tierra y se sueltan con facilidad de los estolones.

La recolección se realizará de forma manual con azada, o también se tiende a mecanizar. Después de arrancados los tubérculos se dejan algún tiempo sobre la tierra, para que se aireen y se sequen. El tiempo de exposición será de unas horas. Posteriormente es recogida previa selección por tamaños, deformaciones, verdeo, picado, etc. Se ensacan en sacos de 25 – 35 Kilos, para luego ser transportadas a las naves empaquetadoras o a los propios locales o cuevas de los agricultores para su conservación y venta.


Almacenamiento

Las papas se almacenan en diversos tipos de locales, siempre que reúnan unas condiciones mínimas necesarias. La buena conservación de éstas hace posible mantener los tubérculos en los locales sin avejentarse durante mucho tiempo. Hay algunos cultivares que no reúnen estas condiciones, principalmente la Negra Yema de Huevo y la Peluca.

En la vertiente norte de Tenerife, donde la cosecha se recoge en los meses de junio y julio, se almacenan las papas en pajares, salones, sótanos, debiendo ser lo más fresco posible para que los calores del verano no mermen la producción. En algunos lugares como la Esperanza y Agua García, se coloca en el piso del almacén una camada de helechos, distribuyéndose luego las papas sin amontonarlas y tapándolas con sacos u otras camadas de helecho (Chico, 1986). Muchas veces los montones se encierran dentro de unos “goros”, graneles (Gil, 1997) o pequeñas tronjas de madera, que se subdividen mediante tablas, cuando hay más de un cultivar. En muchas ocasiones el helecho es sustituido por hojas y ramas de eucalipto. Otra forma utilizada es la de almacenar los tubérculos en cajas de madera procedentes de envases comerciales de frutas y hortalizas.

En la vertiente sur de la Isla , se usan las cuevas de rocas pumíticas que ofrecen unas condiciones en cuanto a humedad y temperatura ideales para su conservación. Las zonas de almacenaje y conservación son constantemente inspeccionadas por el agricultor. Durante el tiempo de almacenaje se removían los montones una o dos veces.

En Canarias las papas antiguas son tradicionalmente acondicionadas en el campo o en los pequeños almacenes descritos anteriormente.

Por lo general, un almacén, debe ser una construcción [Glez., 1991]:
      • Sólida
      • Sin humedad
      • Que permita una buena desinfección
      • Buen acceso
      • Luminosidad controlable
      • Buena ventilación

Al momento de almacenar debemos plantearnos qué destino se va a dar a la cosecha, qué cantidad se va a almacenar, condiciones del almacén y cuánto tiempo va a durar el almacenaje [Glez., 1991].

La calidad de la papa después del almacenaje va a quedar definida en función de: la variedad, temperatura de conservación, humedad ambiente durante la conservación, ventilación del almacén y duración de la conservación.

Para una temperatura media de 10 a 15º C se estima una duración de almacenaje de 5 a 4 meses respectivamente, y en caso de usar antigerminante ( IPC, naftalén-acetato de metilo, tetracloro-nitrobenceno, etc.), para papas no de siembra, la duración sería de 8 a 6 meses.

Sólo deben almacenarse papas sanas, sin daños ni signos visibles de descomposición. Las papas destinadas a la alimentación o a procesos de elaboración deben almacenarse en la oscuridad para evitar que se pongan verdes. Las de siembra se almacenan con luz difusa para promover el desarrollo de varios brotes vigorosos en cada tubérculo.




Fuente

•  Propuesta de Reglamento de la denominación de origen “Papas antiguas de Tenerife”, Tomo I, (Ríos et. al 1999).
•  Web Papas Antiguas de Canarias.
Cuadernos Phytoma, mayo 1991, II jornadas técnicas para el cultivo de la papa. Fernando González Herrero, Mc Cain España S.A. Burgos.